lunes, 27 de abril de 2009

Un guión de película terminando

Aquella desconocida actriz de reparto, había aprovechado su momento. Su actuación de aquella mañana, hizo finalmente al público del otro lado de la calle, eufórico y entregado, levantarse de sus asientos y aplaudir hasta mas no poder, aupando a Sara como actriz principal en mi vida. Una actuación brillante demostrando humor e inteligencia. Había conseguido llevar las riendas en una situación adversa y totalmente fuera de guión.

Cerramos el telón, quedando el salón a oscuras.

Saliendo del apartamento hubo momentos de silencios muy incómodos. Es algo inexplicable, una propiedad física que acalla a todas las personas que entran en un ascensor. Mantienes una conversación de cualquier tema, llamas al ascensor y justo al entrar das al botón de destino, es cerrarse y todo el mundo mira hacia el suelo. Ni que decir tiene si hay una persona desconocida. Eso lo agrava aún mas. Es algo parecido al metro, cada uno lleva sus auriculares pareciendo que inhibe todos sus sentidos afectivos al resto de la sociedad.

- Sara hay un sitio libre, puedes sentarte si quieres.

Yo preferí quedarme de pié. Había insistido en acompañarme a casa para preparar las maletas. Para mi es fácil, no me quiebro la cabeza por eso, además mis padres pasaban largas temporadas en Lisboa, así es que aparte de ropa no me voy a llevar nada más, sólo el portatil.

Por suerte ya tenía el billete. Comimos un sándwich, charlamos, reimos y llegó el momento de llamar al taxi. Poco a poco me iba doliendo mas la tripa de los nervios. Con tiempo de sobra pero nunca se sabe, Stansted esta cerca pero el en Londres nunca se sabe. Debíamos ir hasta la estación de tren y de allí al aeropuerto. Observe a Sara durante un momento, creo que no le gustaba mi marcha. La verdad es que había sido una noche bastante intensa. Como dijimos, no queríamos una cita, pero nos dimos justo lo que necesitamos en aquel momento. Habíamos recordado muchas anécdotas de pequeño, aquel primer campamento, aquel primer amor, y finalmente nos quedamos dormidos sin más cada uno en una punta del sofá. Era un sofá de tres asientos, quedando vacío el de el medio, era lo que nos faltaba o lo que nos quisimos separar, justo como ahora en el taxi.

Cogimos el tren y en media hora estábamos en Stansted, un aeropuerto muy pequeño pero cómodo, no como Heathrow un caos a cualquier hora que vayas. Lo primero como siempre fui a facturar, faltaban un par de horas hasta mi embarque así es que nos tomamos un té. Nos sentamos en la primera mesa libre, donde alguien se había dejado periódico gratuito de los que se reparten en cualquier parada de metro, pero éste era de París. Intente recordar mis lecciones de frances, hacía ya un año que no lo hablaba.

Las pantallas anunciaban mi embarque. Ese momento junto con toda la noche la recuerdo como una sucesión de fotogramas con diferentes estados de ánimos. Veía a Sara por todos lados, no hablamos sobre nosotros pero ese sentir estaba presente en mi estómago cerrándose sobre si , y aumentando el nerviosismo que ya era intenso. Poco a poco fui despegándome de ella soltando dedo a dedo, cada uno mirando a su destino y unidos por nuestros brazos estirados, hasta que finalmente mi dedo dejo caer al suyo.

Publicado por okset en 4/27/2009 11:42:00 p. m. |  
Etiquetas:

0 comentarios:

Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)